Reivindicación de Arquitectura...un reportaje. Barcelona.

"Barcelona es la única ciudad del mundo que ha competido con personas para hacerse con un galardón arquitectónico. En 1999, el RIBA -Royal Institute of British Architects- le concedió su medalla de oro, un reconocimiento que, hasta aquella fecha, sólo habían obtenido arquitectos.
La recuperación del frente marítimo colocó a la ciudad a la vanguardia urbanística de los noventa. Aquél fue un proyecto precursor en cuestiones de sostenibilidad, paisajismo y rehabilitación del espacio público. La ciudad se abrió.
A ese lavado de cara le siguió el rescate de las playas y la reconversión de una antigua zona industrial costera en nuevo barrio residencial. Los Juegos Olímpicos de 1992 fueron la excusa para seguir avanzando en esa dirección. Fue entonces cuando llegó la medalla del RIBA, el colofón al cambio de cara. El consistorio celebró y proclamó el galardón.
La ciudad siguió esmerándose en rematar bordillos de diseño, en uniformizar el mobiliario urbano y en procurar que las sillas de ruedas y los cochecitos pudieran descender y ascender sin grandes esfuerzos. Evidentemente, se empezó a pagar un precio. Las aristas se perdían, el sabor se atemperaba, lo singular se homogeneizaba, pero el conjunto parecía ganar. Así, Barcelona, con tanto esmero, se hizo famosa. Y lo famoso hay que ir a verlo.
La llegada masiva de turistas ha hecho que la ciudad rozase la muerte de éxito en varias ocasiones. Para seguir creciendo -para añadir a los buques de visitantes que fondean en el puerto, aviones repletos de hombres de negocios- la ciudad ideó el peligroso plan de triunfar con nuevos escenarios. Y en ese intento casi mata a la gallina de los huevos de oro.
La modélica Barcelona optó entonces por cerrar las puertas al mar. Por deshacer el camino. Cerró las compuertas que tanto había celebrado abrir. Tras levantar un sobrio centro de ocio y ruido en terreno ganado al mar, (el Maremágnum de Piñón/Viaplana), erigió un edificio-búnker firmado, eso sí, por un Premio Pritzker, el norteamericano de origen chino I. M. Pei. El World Trade Center y Grand Marina Hotel rompe la línea del horizonte al final de las Ramblas, el paseo más famoso de la ciudad. Y, por supuesto, se traga las vistas abiertas al Mediterráneo.
Habrá muchas maneras de entenderlo.
Se habrá conquistado el agua.
Se habrá ganado dinero para el erario público con suelos movedizos.
Se habrá hecho de la ciudad uno de los escenarios del comercio mundial. Pero ahí está el mastodonte, tapando las vistas desde el año 2002."


Tomado de un articulo escrito por la periodista e historiadora Anatxu Zabalbeascoa. "Reportaje: Arquitectura".


Obra de Arte, Joan Mayolas Grau... estracto-original gran formato, acrílicos sobre canvas, colección privada... réplicas firmadas por el artista.

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